Cuando una comunidad o país atraviesa una situación de crisis, ya sea por factores de índole política, económica, social o natural,  los discursos antimigrantes, la discriminación, la hostilidad y el abuso de los derechos humanos puede aumentar.

Las crisis suelen gestarse en el tiempo y tienen raíces profundas que requieren cambios estructurales. Sin embargo, las personas migrantes pueden ser erróneamente vistas como las generadoras de estos problemas, invisibilizando las verdaderas causas de la situación. Este cambio o intensificación de las actitudes negativas hacia las personas migrantes ocurre en distintos niveles, que se entrelazan y refuerzan entre sí: como persona, en grupo, en medios y redes, y en políticas y gobierno.

El personal de organizaciones e instituciones que deben proteger los derechos de las personas migrantes durante una crisis también puede verse sesgado por prejuicios, afectando el acceso a ayuda humanitaria, protección y derechos. De acuerdo con el estudio de la OIM “Migrantes y sus vulnerabilidades a la trata de personas, la esclavitud moderna y el trabajo forzado”, los organismos encargados de hacer cumplir la ley o legisladores prejuiciosos contra las personas migrantes son menos propensos a protegerlos.

El temor de las personas migrantes en situación  irregular a ser deportadas, si solicitan ayuda o empleo durante una crisis agrega otra capa de complejidad. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo recuperados en el “Manual de Migración, Derechos Humanos y Gobernanza”, si bien a menudo se tolera la presencia de trabajadores migrantes en situación irregular en tiempos de bonanza económica, es probable que las presiones para expulsarlos del país aumenten durante las recesiones.

Para la prestación de asistencia humanitaria a las personas migrantes sin discriminación en los países de acogida las directrices de la Iniciativa para Migrantes en países en Crisis (MICIC por sus siglas en inglés) brinda algunas recomendaciones a los interlocutores de distintos sectores basadas en buenas prácticas asociadas al sector privado, a la sociedad civil y a la diáspora:

Para el sector privado

  • Localizar a los trabajadores migrantes;
  • Proveer transporte, alojamiento, atención de salud, protección y comunicación a migrantes y familiares;
  • Coordinar con los jefes de equipo de los trabajadores migrantes para cerciorase que los planes de emergencia y de contingencia se aplican de acuerdo a las necesidades de estos.

Para la sociedad civil

  • Asegurar la divulgación de información sobre la asistencia a los migrantes a través de organizaciones confesionales, líderes locales y otras entidades relacionadas con migrantes.
  • Facilitar la comunicación con interlocutores locales y humanitarios para identificar vacíos o brechas en la asistencia o cobertura;
  • Utilizar las competencias de las organizaciones de la sociedad civil para prestar asistencia según las necesidades específicas de grupos particulares de migrantes;
  • Establecer espacios seguros (para migrantes en general y en particular para migrantes en condición vulnerable) donde se pueda prestar asistencia de manera sensible y segura;
  • Contribuir a la búsqueda de familiares, la reunificación familiar y la identificación de las personas migrantes desaparecidas.

Para la diáspora

  • Recaudar fondos para la asistencia humanitaria;
  • Facilitar el acceso de los encargados de la respuesta para el registro y la evaluación de las necesidades (basada en la confianza creada con las personas migrantes);
  • Actuar en calidad de mediadores entre las comunidades de migrantes y las autoridades;
  • Brindar apoyo basado en sus capacidades particulares, como los servicios de traducción, mediación cultural y asistencia en especie.

Si bien existen lineamientos para la atención a personas migrantes sin discriminación durante una crisis como las que acabamos de referir, el trabajo contra el discurso de odio debe ser constante y transversal para disminuir este tipo de rechazo en los países de tránsito y destino, incluyendo la ética representación de las personas migrantes en los medios y las acciones personales que aboguen por la diversidad y contra la xenofobia.