A causa de la pandemia y de las consiguientes medidas de aislamiento las relaciones sociales han sido bruscamente limitadas. En comunidades, grupos familiares, entre colegas, parejas, amigos y amigas, la COVID-19 ha condicionado las relaciones diarias de todo el mundo, obligando a reducir al mínimo posible el núcleo de personas con las cuales relacionarse. Estos límites han fomentando el uso de vías alternativas de contacto y unión entre las personas, subrayando la importancia y la necesidad humana de disfrutar de sólidos vínculos afectivos.

En este contexto, la digitalización ha jugado un papel fundamental, pues ha facilitado la comunicación inmediata entre las personas, creando lazos y redes de apoyo en un momento tan delicado como es la pandemia. De esta manera, las herramientas digitales están también actuando como barreras para mantener controlados sentimientos de soledad y ansiedades, que son propios del aislamiento y de unas circunstancias caracterizadas por la incertidumbre y el miedo. Las conexiones y el sentimiento de cercanía creado por vías virtuales, por ejemplo a través de chats, llamadas y videollamadas, han jugado un papel crucial en el mantenimiento de lazos afectivos, además de contribuir al bienestar mental y emocional.  

Los beneficios del mundo digital en tiempos de pandemia pueden cobrar aún más importancia para las personas migrantes, ayudándoles a mantener un contacto activo con familiares y seres queridos que se encuentran en la comunidad de origen. Sin embargo, como subraya una reciente publicación de la Iniciativa DISC, ‘El poder de la digitalización en la era del distanciamiento físico: Fortalecimiento de las conexiones sociales y la cohesión comunitaria mediante la inclusión digital y la conectividad de las personas migrantes’, la brecha digital que afecta a grupos marginalizados, entre los cuales figuran las personas migrantes, ha causado la exclusión de estas últimas. Esto ha provocado no solo su aislamiento y deterioro de salud mental a causa de menores contactos con familiares y seres queridos, sino también un endurecimiento de las disparidades. 

Ramificación de desigualdades digitales 

La brecha digital se ramifica en muchos aspectos de la vida cotidiana y acentúa las desigualdades. A este respecto, un reporte de las Naciones Unidas remarca que estas brechas reflejan y amplifican las desigualdades sociales, culturales y económicas ya existentes. En época de pandemia, las brechas digitales han resultado además ser aún más determinantes para las condiciones de bienestar social y económico.   

Algunos ámbitos en los cuales la brecha digital impacta negativamente a la población migrante, en particular durante el brote de COVID-19, son:

Empleo remoto y teletrabajo: Amplios porcentajes de población migrante son excluidos debido a que muchas personas trabajadoras migrantes son empleadas en el sector informal, en donde los trabajos son casi obligatoriamente presenciales. Asimismo, las insuficientes capacidades digitales anulan las oportunidades de empleo remoto a las cuales las personas migrantes pueden acceder. Por tanto, la brecha digital provoca un acceso desigual a puestos de trabajos, y por consiguiente agrava las desigualdades económicas.  

Educación a distancia: Los datos de la UNESCO indican que en la región de América Latina y el Caribe, más de 160 millones de niños y niñas no han podido ir a la escuela por causa de la pandemia. De estos, 13 millones no pueden acceder al aprendizaje remoto, según una nota de prensa de Naciones Unidas. Los niños y las niñas de los hogares menos acaudalados, como pueden ser las familias migrantes, son los que más sufren la brecha y la interrupción grave de su camino educativo. Esto también sugiere que la brecha digital actual va a agudizarse en el futuro, pues algunos niños y niñas podrán beneficiarse de capacidades digitales desarrolladas, mientras que una parte de ellos quedará excluida.

Acceso a información y servicios en línea: Internet es uno de los instrumentos más comunes para el acceso a información útil. Además, la digitalización permite consultar servicios financieros en línea, así como acceder a diversos instrumentos útiles, como herramientas de traducción, ofertas de trabajos y cursos de formación. Si las personas migrantes son excluidas de estos beneficios, que podrían facilitar muchos trámites y acceso a capacitaciones y empleo , las desigualdades laborales, económicas y sociales aumentarán.

Formas de diversión y de acceso a la cultura: Por último, un aspecto que no tiene que ser descuidado es el acceso a formas de diversión y a la cultura en línea. Disfrutar de la cultura humanística a través de herramientas digitales (películas, obras teatrales, música, entre otros) no solo contribuye al bienestar mental, sino que permite la integración social en el país de acogida a través de un conocimiento más profundo y verídico de las costumbres y tendencias culturales. Este aspecto es crucial para las personas migrantes que, también en un momento de aislamiento y cuarentena, pueden fortalecer su proceso de integración.    

La brecha digital es un asunto que ha ganado relevancia durante la pandemia, debido a la emergente necesidad (que ya no se puede definir como ‘privilegio’) del acceso a herramientas digitales para todas las funciones básicas de la vida cotidiana, desde la educación hasta el empleo, sin olvidar el mantenimiento de los lazos afectivos. Esto indica que la ausencia de digitalización genera desigualdades a niveles multidimensionales, afectando una complejidad de aspectos. El acceso a servicios digitales se ha convertido en una condición esencial, por lo que todo el mundo debe poder beneficiarse de la misma manera, incluidas las personas migrantes.   

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES