Las nuevas dinámicas de migración en las Américas están íntimamente asociadas a la búsqueda de oportunidades de empleo y de generación de ingreso.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que cerca del 27% de todos los trabajadores migrantes del mundo se encuentran en las Américas (37 millones en América del Norte y 4.3 millones en América Latina y el Caribe), una cifra que está en aumento.  Solo entre 2010 y 2015, el número de trabajadores migrantes en la región se incrementó en un 34%.

Estos movimientos son motivados por la búsqueda de mejores oportunidades de empleo y un deseo de mejorar la calidad de vida de las personas migrantes, que interactúa con otros factores estructurales como la pobreza e inseguridad, que son también impulsores de la migración.  

El aumento en los flujos de trabajadores migrantes plantea importantes desafíos en un mercado laboral marcado por el desempleo y la informalidad. De acuerdo con datos de la OIT, el desempleo afecta a 26 millones de personas en América Latina y el Caribe y al menos 133 millones más son afectados por la informalidad, particularmente mujeres, personas jóvenes y trabajadores con poca calificación o bajo nivel educativo.

Ante este panorama, la 19ª Reunión Regional Americana de la OIT, llevada cabo del 2 al 5 de octubre en Panamá con la participación de OIM, y su informe “Preparando el futuro del trabajo que queremos en las Américas a través del diálogo social”, ofrece 10 recomendaciones para mejorar la protección de los derechos laborales de la población migrante y hacerlos partícipes de la discusión y reflexión para alcanzar la meta global de trabajo decente para todos.

  1. Abordar la migración laboral desde una perspectiva de derechos humanos y en línea con los principios de justicia social y empleo decente.
  2. Atender las brechas y la fragmentación en la gobernanza migratoria en los acuerdos de integración regional.
  3. Fortalecer el enfoque de derechos laborales en instituciones rectoras de temas migratorios.
  4. Promover la participación de actores clave de temas laborales en los procesos de consulta regional sobre migración.
  5. Integrar diálogos sociales sobre migración en los distintos procesos de integración regional.
  6. Incluir la participación de los Ministerios de Trabajo en las comisiones intergubernamentales sobre migración.
  7. Promover medidas para alinear las políticas migratorias y políticas de empleo.
  8. Mejorar las capacidades de instituciones vinculadas al mercado laboral para abordar asuntos de migración laboral
  9. Aumentar la participación de personas migrantes trabajadoras en los sindicatos y asociaciones para asegurar su participación en procesos de diálogo social.
  10. Mejorar los conocimientos e información sobre migración laboral a través de la creación de sistemas de información y el registro de estadísticas.

Sobre las recomendaciones, Michela Macchiavello, Especialista Regional Temática en Migración Laboral de OIM, subrayó la creciente importancia de la articulación con los procesos regionales de consultas migratorias y el establecimiento de alianzas estratégicas. En las Américas, resultan especialmente relevantes la Conferencia Regional sobre Migración, para los países de Norteamérica y Centroamérica, la Conferencia Suramericana sobre Migraciones, para los países de Suramérica, y más recientemente las Consultas sobre Migraciones en el Caribe, ya que se centran cada vez más en temas de migración laborales.

“OIM cree que un enfoque integral gubernamental y la realización de asociaciones que incluyan a las agencias relacionadas con el tema migratorio, sociedad civil, sector privado, personas trabajadoras, representantes de las personas migrantes y organizaciones internacionales son una prioridad para avanzar de manera efectiva y humana en lo relativo a políticas migratorias regionales y nacionales, incluyendo políticas y programas de migración laboral que promuevan una migración segura, ordenada y regular, mientras brindan protección a las personas migrantes y trabajadoras más vulnerables”.

Sin duda, la migración y la movilidad laboral son y continuarán siendo de importancia incremental para el mundo del trabajo y por tanto requerirán la atención y la acción colaborativa de los gobiernos y de todos los otros actores clave.