El coronavirus o la COVID-19 ha afectado a todo el mundo, obligando a las personas a hacer ajustes en su modo de vida. Diferentes grupos tienen diferentes necesidades y requerimientos, entre ellos, las personas migrantes, refugiados, solicitantes de asilo, desplazados y quienes les asisten en albergues y refugios.

Para afrontar de la mejor manera esta pandemia en estos espacios, el Comité Permanente entre Organismos (IASC por sus siglas en inglés), conformado por la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han creado una guía provisional para servir de apoyo y referencia a quienes trabajan en albergues y refugios, cómo cuidarse y cómo asistir correctamente a las personas que allí se encuentran.

Todos los estados tienen la obligación de proteger los derechos de todas las personas en su territorio sin discriminación, incluso en situaciones humanitarias. Sin embargo, el posible desconocimiento y prejuicios puede hacer que el estatus migratorio y las condiciones de vivienda de una persona migrante sean erróneamente interpretados como factores limiten sus derechos.

En el caso de la atención durante la crisis de la COVID-19, es primordial:

  • Acercar la información y servicios de manera adecuada a las personas migrantes. Quienes se encuentran irregularmente en un país pueden duda sobre si buscar servicios de salud, y si lo hacen puede que la información no se encuentre disponible en el idioma y forma apropiadas, o que sufran un trato discriminatorio y estigmatizaste. Esto significa tanto materiales adecuados como capacitación del personal.
  • Adaptar espacios. En situaciones humanitarias, muchas personas migrantes encuentran donde vivir por fuera de los albergues oficiales, en campamentos informales y otros espacios colectivos donde puede haber hacinamiento. Es necesario que estos espacios sean identificados y adaptados para reducir las interacciones en áreas comunes, como cocina y baño, e incluso en las habitaciones.
  • Repensar la distribución de alimentos. Algunas recomendaciones para esto son: definir los puntos donde serán repartidas las provisiones; organizar las raciones antes de la distribución programada; no permitir las aglomeraciones en los espacios de distribución; así como manejar el flujo de personas que entran y salen; y tomar medidas adicionales de sanitación e higiene. El detalle de estas medidas está en la guía de recomendación para distribución de alimentos durante la pandemia COVID-19 del Programa Mundial de la Salud.
  • Involucrar a las personas migrantes y demás personas en movimiento en las estrategias, políticas y planes de respuesta. Cada gobierno puede establecer restricciones de viaje que involucran a refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y migrantes durante el brote de la COVID19. Sin embargo, es necesario hacer un seguimiento cercano y responsable para que que no haya restricciones basadas en miedos o preconceptos relacionados con el coronavirus.

Este es un listado no exhaustivo de las recomendaciones para implementar en albergues y refugios que trabajan con personas migrantes y otros grupos en movilización. El documento completo de la guía provisional también incluye información relativa a la coordinación y planeación; comunicaciones de riesgo y compromiso comunitario; equipo de vigilancia, investigación de casos y respuesta rápida; exámenes de salud; sistema de laboratorios; prevención y control de infecciones; gestión de casos y continuidad de servicios esenciales; y logística, adquisición y gestión de suministros.

La prevención por encima de la reacción, es la mejor manera de evitar que la gravedad de la situación escale, afectando con mayor fuerza a poblaciones vulnerables como las personas en movimiento, entre otras.

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES