Una crisis migratoria es una crisis con dimensiones de migración, es decir, que puede generar movimientos de población dentro o fuera de las fronteras de un país. Esta puede ocurrir repentina o paulatinamente, y tanto se ve afectada por los movimientos migratorios previos a la crisis, como puede generar cambios en los patrones migratorios posteriores. La crisis migratoria es un término que describe los flujos migratorios complejos y generalmente a gran escala, así como los patrones de movilidad ocasionados por una crisis que suelen traer consigo considerables vulnerabilidades para las personas y comunidades afectadas, y plantear serios retos de gestión de la migración a más largo plazo.

Las crisis migratorias tienen varias caras, por lo que al usar la expresión se puede estar haciendo referencia bien a migrantes internacionales que una vez en su país de destino este se ve afectado por una crisis, o bien puede referirse a los flujos migratorios resultantes de la inestabilidad y conflictos prolongados en una región, entre otros posibles panoramas.

Para responder de manera efectiva frente a los distintos escenarios de una crisis migratoria, en 2012 la OIM desarrolló el Marco Operacional en Situaciones de Crisis Migratoria (MCOF por sus siglas en ingles), con el fin de apoyar a las comunidades afectadas en el acceso a sus derechos fundamentales de protección y asistencia. El marco se basa en la legislación internacional humanitaria y de derechos humanos, y en los principios humanitarios. Además, combina actividades humanitarias, de recuperación y transición al desarrollo y siendo los servicios de gestión de la migración un eje transversal.

MCOF tiene 3 pilares:

Pilar 1- La fase del tiempo, es decir, antes, durante y después de la crisis.

Pilar 2- Los 15 sectores de asistencia, que cubre desde la humanitaria hasta el desarrollo para abordar la crisis migratoria y sus consecuencias a corto, medio y largo plazo.  

Pilar 3- Las asociaciones y coordinaciones, que son necesarias con los actores relevantes, grupos sectoriales coordinados por OCHA, y sistemas de Naciones Unidas establecidos.

Para un abordaje integral de una crisis, los sectores de asistencia (pilar 2) se implementa en el antes, durante y en después, lo que implica variar el enfoque y las actividades según las necesidades d cada fase del tiempo. Los 15 sectores de asistencia son los siguientes:

1. Gestión de campamentos y cartografía de desplazamientos, para ofrecer condiciones dignas de vida a desplazados y migrantes en movimiento, facilitando una efectiva asistencia y protección en los alojamientos temporales (centros de tránsito, albergues, centros de recepción, centros colectivos, campamentos formales e informales, etc.). La recolección procesamiento y difusión de datos es fundamental para la asistencia efectiva (la OIM desarrollo una herramienta llamada DTM).

A manera de ejemplo, de acuerdo con el Plan Estratégico Binacional MOCM Costa Rica – Panamá (2017-2019), para abordar la presencia de grupos grandes de migrantes varados en comunidades pequeñas localizadas cerca de las zonas de fronteras y las problemáticas que esto acarrea (tanto a nivel de acceso a servicios como el riesgo de xenofobia y otros), se plantearon en este sector de asistencia dos acciones concretas: 1) En la fase anterior a la crisis, elaborar guías y consolidar la capacidad de los gobiernos y organizaciones asociadas; y 2) Durante la crisis, “apoyar [en] la prestación de asistencia humanitaria y protección a los migrantes en tránsito. Realizar el seguimiento y monitoreo del movimiento de los migrantes y sus necesidades

2. Albergue y artículos no alimentarios, para abordar las necesidades de alojamiento temporal y artículos no alimentarios de las personas afectadas por la crisis. La asistencia incluye la coordinación de la logística, el apoyo técnico y la distribución pertinente tanto de la infraestructura como de los artículos no alimentarios.

3. Asistencia de transporte para poblaciones afectadas, pues es de suma importancia que haya un ente responsable de brindar un transporte seguro, dentro o fuera de las fronteras. El transporte será necesario en evacuaciones, reasentamientos, repatriación y retornos, entre otros.

4. Apoyo en materia de salud, necesario para salvar vidas y para prevenir enfermedades comunicables durante la crisis y el movimiento. En la región, el mencionado plan entre Costa Rica y Panamá puso esta sección de asistencia en práctica para antes de la crisis a través del desarrollo de las capacidades de los gobiernos y organismos asociados en la atención sanitaria preventiva y de salud a migrantes, la elaboración de instrumentos, y el fortalecimiento de una red de expertos en emergencias sanitarias.

5. Apoyo psicosocial, para apoyar y proteger a las poblaciones afectadas a reducir las vulnerabilidades psicosociales y promover una resiliencia comunitaria, incluyendo fomentar la capacidad de recuperación de la comunidad y el sentimiento de pertenencia.

6. Asistencia de (re)integración, que busca terminar las situaciones de desplazamiento de personas afectadas por la crisis mediante el apoyo para soluciones duraderas y la reintegración. También se proporciona esta asistencia a los migrantes retornados voluntariamente a sus países de origen. La participación ciudadana, escuchar a la comunidad y realizar un monitoreo cívico son acciones clave para una reintegración exitosa de migrantes retornados.  

7. Actividades de apoyo a la estabilización y transición comunitaria, necesarias para sentar las bases para soluciones duraderas, el mantenimiento de la paz y un desarrollo sostenible pueden incluir la creación de empleos a corto plazo y promover iniciativas socioeconómicas, aunque siempre dependerá de las necesidades específicas de cada población.  Esta asistencia se da a los gobiernos locales, provinciales y a las comunidades para enfrentar los cambios socioeconómicos y políticos después de una crisis, reestableciendo estabilidad y seguridad en comunidades vulnerables y prevenir futuras migraciones forzadas.

8. Reducción del riesgo de desastres y consolidación de la capacidad de recuperación, con acciones buscan reducir y mitigar el riesgo de desplazamiento y aumentar la resiliencia de las comunidades para enfrentar los desastres y a su vez contribuyendo para alcanzar un desarrollo sostenible.

El vigente MOCM 2017-2019 de República Dominicana, frente a un ambiente caracterizado por tensiones étnicas y con presencia de recurrentes eventos naturales que afectan a la población, se planteó el mejoramiento de las viviendas precarias y reparación de infraestructuras comunitarias.

9. Apoyo en materia de tenencia de tierras y propiedades, con acciones para asistir a gobiernos y comunidades a abordar las cuestiones de tierra y propiedad y así  prevenir futuras migraciones forzosas, y permitir  trabajar en soluciones duraderas frente a desplazamientos continuos y además facilitar el retorno y la reintegración.

10. Lucha contra la trata de personas y protección de migrantes vulnerables, pues particularmente durante las crisis, las personas afectadas consideran tomar rutas y medios de migración de alto riesgo, quedando vulnerables frente a grupos delictivos organizados. Se enfoca en acciones que ofrezcan protección y asistencia a migrantes vulnerables, víctimas de trata, abuso y explotación y en particular de niños migrantes no acompañados durante la crisis.

11. Asistencia técnica para una gestión humanitaria de las fronteras, orientado a acciones que apoyan a los estados a robustecer su capacidad de gestión de inmigración y fronteras.  En el caso del MOCM vigente de México por ejemplo, para abordar los picos de flujo migratorios que periódicamente ocurren y que en ocasiones rebasan las capacidades estatales, para atender los flujos durante la crisis, el documento propone proporcionar sistemas de registro para las poblaciones desplazadas que se trasladan a través de los puestos de control fronterizos.

12. Asistencia consular de emergencia, que implica apoyar a los Estados a ofrecer servicios consulares eficientes durante la emergencia. Además, proporcionar a las personas nacionales de otros países atrapados en la crisis, la emisión de documentos de emergencia y de salvoconductos para ayudar a aliviar sus necesidades, sobre todo durante la crisis, donde por miedo a posibles deportaciones, las personas pueden decidir no acceder a puntos de asistencia.

13. Movilización de la diáspora y de los recursos humanos, para involucrar las capacidades y los recursos financieros de la diáspora como apoyo en la reconstrucción de comunidades en las situaciones en que sea posible y pertinente.

14. Apoyo en políticas y legislación migratoria, es decir, acciones para apoyar a los Estados, comunidades e individuos a construir o robustecer las políticas migratorias inclusivas. También propone gestionar la migración en situación de crisis de manera efectiva y humana y cumplir con sus responsabilidades de proteger a las poblaciones vulnerables móviles afectados por la crisis.

15. Comunicación humanitaria con actividades que apoyan en la creación o refuerzo de los canales de comunicación de doble vía con las comunidades. Es esencial que se generen canales de intercambio de información útiles tanto para las comunidades afectadas, como para los actores de asistencia humanitaria, para que puedan ajustar las acciones según las necesidades que expresadas por la población directamente. Los mensajes deben contar con consideraciones interculturales y que rechacen la xenofobia y la discriminación.