La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25) es el evento anual más importante sobre este tema, pues permite a sus partes avanzar en el diseño y la implementación de medidas para la mitigación y la adaptación ante el cambio climático. Esta será la última Convención antes de la entrada en vigor del Acuerdo de París en 2020, y debería permitir completar el reglamento del mismo y revisar el avance de los compromisos de las partes. Tras el cambio de sede anunciado a inicios de noviembre, la COP25 tendrá lugar en Madrid del 2 al 13 de diciembre de 2019, bajo presidencia chilena.

Sin embargo, la Convención es también una cumbre sobre movilidad humana por varios motivos. En primer lugar, es importante recordar que la movilidad humana ha entrado progresivamente en el ámbito de discusión de la COP a partir en particular del Marco de Adaptación de Cancún de 2010, que solicita medidas para abordar tres formas de movilidad climática: el desplazamiento inducido por el cambio climático, la migración y las reubicaciones planificadas. Y en segundo lugar, porque la aprobación del Acuerdo de París también representa un antes y un después en este proceso, pues se reconoce la situación de los migrantes climáticos y se establece un Equipo de Tareas para tratar específicamente del tema de la movilidad humana relacionada con el cambio climático.

El Equipo de Tareas ha contribuido a integrar la migración en las discusiones sobre cambio climático, señalando la importancia de abordar el impacto de la degradación ambiental y climatológica en los movimientos de población. La evidencia científica ha acompañado este proceso: los informes del panel intergubernamental de expertos sobre cambio climático han incorporado progresivamente la migración en sus análisis. Un estudio reciente publicado en Nature Communications triplica la estimación de vulnerabilidades frente la subida del nivel del mar; según este análisis, planteando un escenario conservador, 190 millones de personas vivirán en el año 2100 en áreas sumergidas por mareas altas. Esta situación hace necesaria la planificación de la movilidad humana desde áreas que no van a ser habitables en el futuro.

Cada COP en los últimos años ha integrado un número mayor de eventos y discusiones relativos a la movilidad humana en sus diferentes componentes. El Equipo de Tareas presentó sus recomendaciones durante la COP24 de Katowice en 2018. Estas recomendaciones fueron oficialmente aprobadas e identifican un conjunto de oportunidades para reducir, minimizar y abordar el desplazamiento relacionado con los impactos adversos del cambio climático. El Equipo de Tareas presentará sus actividades durante la COP25, así como el plan de trabajo para los años entrantes.

Integrar la movilidad humana en la COP y de manera más general en las discusiones sobre cambio climático es fundamental para prevenir la migración forzada y apoyar a las personas que se verán obligadas a dejar sus comunidades por fenómenos como la subida del nivel del mar, la desertificación, el deshielo de glaciares, la acidificación del océano, las sequías y las amenazas hidrometereológicas. Al reunir a todas las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, las COP representan la plataforma ideal para avanzar en estas discusiones y lograr consensos internacionales para abordar la migración climática.