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Quiénes Somos
QUIÉNES SOMOSLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en más de 100 países. La OIM tiene presencia en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe desde 1951.
SOBRE NOSOTROS
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OIM Global
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Nuestro Trabajo
NUESTRO TRABAJOComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve la migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave en cuanto a apoyar el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan a la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible. En la región, la OIM ofrece una respuesta integral a las necesidades humanitarias de los migrantes, los desplazados internos, los repatriados y las comunidades de acogida.
PRIORIDADES TRANSVERSALES (Global)
PRIORIDADES TRANSVERSALES (Global)
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“La unión hace la fuerza” reza el dicho popular. Sin embargo, cuando hablamos de salud, podemos afirmar que “la unión ES la fuerza”. La salud requiere una perspectiva integral, pues no depende solamente de un buen servicio de salud, ni del mejor de los medicamentos; también requiere adecuada alimentación, espacios de recreación, apoyo de amigos y familiares, actividad física, sentirse incluido y amado.
Ahora bien, ¿qué tan necesaria es la unión cuando se mira a la salud en el contexto de la migración, el desplazamiento y la movilidad? Desde la mirada de la salud pública, nuevamente “la unión ES la fuerza” y sin ella, a poco se llega. Los enfoques multisectoriales, multinacionales, integrales e inclusivos son imprescindibles para toda iniciativa, proyecto, programa o política que vincule la salud de las personas migrantes. Frente a un contexto de constante movilidad, algunas veces clandestina en condiciones poco seguras, solamente mediante la unión, el diálogo permanente y el enfoque multisectorial se pueden minimizar los riesgos y mitigar los efectos negativos para la salud de las poblaciones migrantes, sus familiares y comunidades vinculadas al ciclo migratorio.
Desde la mirada de la salud pública, la lucha debe darse en contra de la enfermedad y no de la persona, quien es solamente la víctima, no solo del patógeno, sino de muchos otros factores:
- Víctima, en muchos casos, de malas condiciones de saneamiento, vivienda y trabajo que generan mayores riesgos y vulnerabilidades para la salud del migrante.
- Víctima de barreras estructurales que “clasifica” al migrante según su disponibilidad de documentos, nacionalidad, origen y hasta color de piel, y le expone a mayor estigma y discriminación.
- Víctima de barreras que impiden el acceso a servicios de salud básicos sin considerar que al rechazarles, no sólo aumentan los riesgos para la persona migrante, sino para todo esfuerzo de salud pública que quiera implementarse en la comunidad de tránsito, destino e incluso en el país de retorno.
- Víctima de un sistema social que ya desde un inicio les expulsó, fuera cual fuera la causa, y ahora, les revictimiza sin lograr encontrar espacio ni inclusión.
Es bien reconocido que el perfil de las personas que migran en la región está compuesto principalmente por personas jóvenes y saludables, y que son las malas condiciones que enfrentan en el tránsito y el destino las que generan una mayor vulnerabilidad y consecuencias negativas para su salud. Solamente mediante un enfoque inclusivo que considere todas las particulares del ciclo migratorio es posible obtener buenos resultados en la salud pública. Solamente mediante la unión de esfuerzos de diversos sectores se puede generar una respuesta articulada e inclusiva que garantice la salud para todos y todas, sin importar condición migratoria, origen o nacionalidad.
Por ello, es ahora el momento para que nuestra sociedad, y fundamentalmente quienes toman las decisiones en los países, miren más allá de lo nacional e institucional y fortalezcan todos los esfuerzos para maximizar esa unión que es la fuerza fundamental e imprescindible para el manejo integral de vulnerabilidades en la salud de las personas migrantes. Llegó el momento de aumentar los espacios en donde se logren unir fuerzas entre países, instituciones, organizaciones de sociedad civil y academia, con el fin de generar acciones, programas y políticas inclusivas basadas en los derechos humanos y focalizadas en crear condiciones de menor riesgo para las personas que migran, las que retornan y transitan por nuestra región.
¿Estamos desde nuestros espacios laborales favoreciendo políticas inclusivas? ¿Estamos desde nuestras instituciones generando trabajo multisectorial y multinacional? ¿Estamos apoyando procesos de diálogo nacional y regional frente al tema de salud de las personas migrantes? ¿Estamos buscando la unión, generando fuerzas y contribuyendo a una sociedad más justa e inclusiva?