Una de las cifras demográficas más llamativas en la región del Caribe es la proporción uno a uno de los nacionales que viven en sus países de origen y los miembros de la diáspora que viven en el extranjero:

"Hay casi una persona viviendo en el extranjero en la diáspora por cada persona que todavía reside en el Caribe, lo que hace de la diáspora un recurso potencial sin explotar para el desarrollo económico" - Banco Mundial, 2013.

Esta cifra puede percibirse como una oportunidad para desbloquear un crecimiento potencial en la economía y el desarrollo de esta región si se gestiona adecuadamente.

Se ha demostrado en varios estudios que la diáspora de esta región es altamente educada y muy comprometida, no solo desde un enfoque nacionalista sino también regional, y desean estar aún más conectados.

Más del 85% de los miembros de la diáspora caribeña son inversores activos en sus países de origen, particularmente en bienes raíces. La mayor parte del apoyo de la diáspora se destina a obras de caridad, inversiones en remesas para apoyar a familiares de pequeñas empresas y otras inversiones empresariales. Además, podría aportar un valor añadido a la creación de empleo y al aumento de la productividad a través de más inversiones, así como a través de la enseñanza y tutorías.

A pesar de que hay un alto porcentaje de personas de esta comunidad que expresan su interés en invertir e involucrarse de alguna manera, los resultados del estudio "Inversión de la diáspora: los intereses comerciales y de inversión del Caribe en el extranjero" muestran que la brecha entre la participación real (13%) y el interés expresado (85%) sigue siendo significativo.

Una justificación de eso puede ejemplificarse con los resultados de un informe estadístico realizado por la OIM en 2017, que mapeó la diáspora en Jamaica. Se identificó que a pesar del interés expresado de la diáspora en formar relaciones comerciales con Jamaica, las preocupaciones también se enfatizaron en términos de altos niveles de corrupción (16%); altas tasas de delincuencia y violencia (13%); desconfianza de posibles socios comerciales en Jamaica (13%); la inestabilidad de la economía (11%); y la dificultad para hacer negocios en Jamaica (10%).

Teniendo en cuenta estos hechos, los gobiernos deberían ser responsables de apoyar y fomentar estos intereses y tomar las siguientes medidas: 

  • Crear nuevas políticas y estrategias que brinden incentivos a estos miembros clave; reducir las barreras y los procesos burocráticos, y aumentar la transparencia de la información, para que puedan desempeñar un papel aún más importante en la contribución al desarrollo de la región. La débil aplicación de la ley y las regulaciones entre los países dificultan desentrañar la demanda potencial de inversiones entre la diáspora.
  • Recopilación de datos: realizar mapeos de la diáspora para comprender cuáles son sus intereses para desarrollar oportunidades de inversión adaptadas a sus necesidades.
  • Establecer unidades o agencias dedicadas e invertir en canales para promover la participación de la diáspora en los esfuerzos de desarrollo de su país de origen. Un ejemplo de esto puede ser el desarrollo de un mecanismo en línea que podría facilitar la creación de redes entre profesionales en el extranjero y en la región, donde la diáspora podría orientar y recomendar buenas prácticas con personas de ideas afines en la región.
  • Crear plataformas formales para facilitar la comunicación entre los encargados de formular políticas y los miembros de la diáspora, que les permita participar activamente en la toma de decisiones, al tiempo que genera conciencia sobre las oportunidades de inversión.
     

Está claro que la diáspora caribeña puede desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la región. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de un pensamiento nuevo y creativo para encontrar formas de reducir las barreras al compromiso y crear una agenda regional holística y estructurada, formada a través del diálogo entre especialistas clave, tomadores de decisiones y diásporas de todos los países del región, para ofrecer estrategias que aborden los problemas que afectan a la región.