Los países de Mesoamérica y el Caribe forman parte de los principales corredores de migraciones en el mundo.

Muchos de los migrantes que recorren estas subregiones lo hacen en situación migratoria irregular y frecuentemente en condiciones de vulnerabilidad. Ello, sumado a los altos niveles de inseguridad y violencia en estas subregiones, ponen a los migrantes en alto riesgo de ser explotados, abusados, secuestrados, traficados y tratados.

Ante este contexto, en forma creciente, la comunidad internacional ha reconocido la necesidad de hacer más para promover los derechos humanos de los migrantes.

En ese sentido, en 2007 los Estados Miembros de la OIM reconocieron que la organización tiene “de facto” un mandato de protección de los migrantes.

Por ello, para contribuir efectivamente a la protección y asistencia de los migrantes, la estrategia de la OIM en la región se centrará en fortalecer las capacidades locales e institucionales para crear y consolidar esquemas de protección a migrantes a nivel nacional.

La OIM atenderá el creciente interés de los gobiernos por asistir a las víctimas de trata de personas, los niños no acompañados, los desplazados internos y los migrantes que han sido víctimas de delitos y abusos.

Por ello, la OIM continuará dándole prioridad a la capacitación, las campañas de sensibilización y prevención y a las políticas públicas contra la trata de personas, así como a las de protección y asistencia a los migrantes vulnerables.