A marzo de 2019, Centroamérica, Norteamérica y el Caribe reportaban más de un millón y medio de refugiados y migrantes venezolanos en países de la región. Un millón y medio de personas que están aprendiendo a adaptarse a otros olores, sabores, clima y estilos de vida.

Algunos migrantes en condiciones de vulnerabilidad durante el cruce hacia un nuevo país, sufren de estrés postraumático, pero la mayoría desarrollarán habilidades de resiliencia, capacidad para resistir, absorber conocimientos, adaptarse y recuperarse de los efectos adversos de su traslado de manera eficiente.

Este es el caso de Robinson Fereira:

Desde que Robinson tenía 23 años, imaginó compartir la música de su natal Venezuela fuera de su país. Primero pensó en países como Suiza, Francia y España, pero la vida lo trasladó a otro lugar.

En Venezuela, el contrato de alquiler estaba por vencer. Robinson y Mariana, su esposa, tuvieron que buscar un nuevo espacio, pero por más que intentaron las condiciones eran difíciles: los arriendos eran muy elevados, los lugares muy pequeños, y les exigían pagar hasta seis meses por adelantado en dólares, divisa que desde hace más de 10 años no es fácil de adquirir en Venezuela.  

Antes de vivir el calvario de buscar donde mudarse, evaluaron la opción de migrar en búsqueda de otro futuro, uno que les ofreciera alquilar un inmueble adaptado a la realidad económica del país, pero también oportunidades laborales, capacidad de ahorro y seguridad personal.

“Primero intentamos emigrar a EE.UU. con el proceso legal de residencia, pero se nos hizo complicado en el momento. Luego, por invitación de un familiar de mi esposa, hicimos un viaje exploratorio a Panamá, y bastó esa visita a este hermoso país para decidir que sería definitivamente donde haríamos nuestra vida”, comentó Robinson. Así, el 18 de enero de 2015 partieron desde Maracaibo, Venezuela a Panamá.

La adaptación tomó un tiempo, algunas cosas eran complicadas: abrir una cuenta bancaria personal, conseguir un buen trabajo como profesor de música, o encontrar un alquiler céntrico a buen precio. Pero poco a poco, lo lograron.

Los caminos de Robinson y Mariana se cruzaron con la OIM a través de “Pianistmo”, el primer recital de piano que realizaban los estudiantes de Fereira en Panamá . Dentro del público se encontraba nada más y nada menos que el panameño Roberto Delgado, director musical de Rubén Blades, y quien recientemente invitó a Robinson a grabar en la nueva producción “Salsa Big Band”, disco que ganó dos Grammy Latinos y un Grammy Award.

Robinson se considera muy afortunado de que en sus primeros años en Panamá, siendo profesor de piano y ofreciendo el servicio de clases a domicilio, pudo entrar a los hogares panameños para ver desde dentro cómo son en lo familiar y en lo privado.

“Sin duda creces, te haces fuerte y aprendes a administrar cada día más y mejor tus recursos, a cultivar las buenas relaciones, esas que suman a tu vida buena energía, respeto e inspiración”, reconoce Robinson.

Le preguntamos qué consejo le daría a otro migrante venezolano y Robinson compartió las siguientes ideas.

  1. Investiga todo en relación con el país que escoges como destino, mientras más información tengas más fácil sabrás moverte.
  2. Proyecta un plan de vida, por lo menos para el primer año en tu nuevo hogar.
  3.  Haz tu residencia y permiso de trabajo lo más rápido posible, estar de manera regular facilita mucho las cosas.
  4. Ábrete a nuevas posibilidades, no creas que lo tuyo es lo mejor. Cada país y cultura tiene sus rasgos y sus logros así que si piensas dar ese paso es mejor tener la mente bien abierta, y ser flexible, no tengas miedo a adaptarte, no seas resistente al aprendizaje. No pasa nada malo, si aprendes otro idioma, o si sumas a tu vocabulario algunas frases y expresiones propias de la jerga de esa nueva localidad, no te ves mal, no eres ridículo, es solo tu mente haciendo lo mismo que cuando eras un niño, simple adaptación, supervivencia.
  5. Haz amigos en tu nuevo país, no te encierres en una burbuja con otros paisanos venezolanos.